El ordeño: punto crítico
La mayoría de los casos nuevos de mastitis se originan durante el ordeño. Este procedimiento que debería ser rutinario y seguro puede convertirse en un riesgo para la transmisión de infecciones si no se realiza adecuadamente.
La máquina y la rutina de ordeño son puntos críticos en la transmisión de mastitis
A continuación, presentamos seis prácticas clave que pueden reducir significativamente el riesgo de mastitis:
1. Orden de ordeño
Se debe seguir un orden que minimice el riesgo de transmisión de patógenos de animales infectados a sanos.
Los animales recién paridos son más vulnerables y deben ordeñarse primero. Luego deben seguir los animales sanos, dejando para el final aquellos que presenten signos de enfermedad.
2. Mantener una buena higiene
La higiene es la base de la prevención de mastitis. Durante el ordeño se deben usar guantes y cambiarlos con regularidad.
También se debe revisar la limpieza de la máquina de ordeño, desde las tuberías hasta las pezoneras.

Fig. 1. Llevar guantes y desinfectar los pezones son prácticas muy recomendables.
3. Post-Dipping
Sumergir los pezones en una solución antiséptica después del ordeño es un método muy eficaz para prevenir la mastitis. Este paso ayuda a eliminar bacterias que puedan haberse transmitido durante el ordeño.
El pre-dipping es menos común, pero se recomienda como una medida adicional para limpiar los pezones antes de comenzar el ordeño.
Una mala práctica en el ordeño puede facilitar la entrada de microorganismos a través del canal del pezón
4. Inspeccionar la ubre antes del ordeño
Antes de ordeñar es importante examinar la ubre en busca de anomalías. Se deben revisar cambios en la textura o temperatura, ya que pueden indicar las primeras etapas de mastitis.
5. Evitar el sobreordeño
El sobreordeño puede causar lesiones que aumentan la susceptibilidad a infecciones. Siempre se debe apagar el vacío antes de retirar las pezoneras para evitar daños en los extremos de los pezones.
6. Revisar la salud de los pezones
Es recomendable inspeccionar los pezones en busca de signos de irritación, hinchazón o lesiones. La detección temprana permite un tratamiento rápido y evita que problemas menores se conviertan en infecciones graves.
Conclusiones
Al seguir estos pasos, se puede reducir significativamente la incidencia de mastitis en los rebaños de ovejas y cabras. Una rutina de ordeño constante y cuidadosa protege la salud animal y mejora la calidad de leche y la productividad de la explotación.
La prevención siempre es más eficaz y económica que el tratamiento



