La producción de leche de oveja y cabra ha aumentado en los últimos años, sobre todo por la alta demanda de productos lácteos. El crecimiento e intensificación del sector ha provocado que el uso de antibióticos sea una práctica común para tratar a los animales. Por esta razón, la presencia de residuos antibióticos en la leche es un motivo de preocupación. Sin embargo, es un problema que se puede evitar aplicando las prácticas adecuadas.
¿Qué son los inhibidores?
Los inhibidores son sustancias que tienen la capacidad de detener el crecimiento microbiano. En este grupo se incluyen los antibióticos, detergentes, desinfectantes y antisépticos.
El tiempo de espera de un antibiótico, es el plazo que debe transcurrir entre la última aplicación y el aprovechamiento de la leche o carne del animal. Este periodo es específico para cada fármaco, especie, y producto del animal; y es imprescindible respetarlo para evitar residuos de antibióticos en los productos.
Para muchos antibióticos, no se ha definido un tiempo de espera específico para ovino y caprino
Muchos antibióticos no están registrados para ovino y caprino, y en la mayoría de los casos han de realizarse prescripciones excepcionales (off- label) de fármacos para otras especies. Esto hace que sea complicado extrapolar el tiempo de espera adecuado, e implica un riesgo de presencia de inhibidores en la leche.
¿Qué impacto tienen los inhibidores?
Los primeros afectados son los ganaderos, ya que si se detectan inhibidores en la leche se podría considerar no apta para consumo humano. Esto puede conllevar penalizaciones económicas, restricciones en la comercialización o la destrucción del producto.
Además, se podría producir una contaminación en cadena, lo que provocaría el descarte de grandes cantidades de leche.
Los inhibidores también suponen un riesgo para la industria láctea. Muchos de estos residuos no se destruyen con los tratamientos térmicos aplicados a la leche (pasteurización y UHT). Su presencia puede inhibir los procesos bacterianos necesarios para la elaboración de productos como quesos y yogures. De esta manera, se pueden ver afectadas la acidificación, coagulación y maduración de los productos. Esto impacta en su producción y calidad, ya que pueden aparecer texturas, olores y sabores anómalos.
La elaboración y la calidad de productos lácteos, como el queso y el yogur, se pueden ver afectadas si existen inhibidores en la leche
Por otro lado, los inhibidores pueden suponer un riesgo para la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, que podrían transmitir sus genes de resistencia a otras bacterias, provocando su diseminación.
¿Cómo podemos evitarlos?
Existen prácticas para disminuir el riesgo de inhibidores:
– Incluir la vacunación en la rutina de la explotación, para reducir la necesidad de tratamientos con antibióticos.
– Implementar buenas prácticas de manejo y bioseguridad.
– Hacer un uso racional de los antibióticos.
– Utilizar antibióticos registrados para ovino y caprino, y respetar la posología y tiempo de espera indicados.
Artículo escrito por:
Tania Perálvarez Puerta. Global Product Manager, Small Ruminants Franchise – HIPRA
Referencias
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